Todo en mi vida se da por contraposición.
Quiero y no quiero
no puedo diferenciar cual es la voz mandante,
si es que de alguna forma la puedo llamar.
Aunque la llame,
ella sola no viene,
vienen las dos.
Las dos iguales,
tozudas, convincentes.
Escucho a una,
escucho a la otra,
me agotan.
Así agotada,
quedo sin ganas,
que las cosas pasen
la vida se pasa
yo me paso.
Sin decidir,
nada.
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1 comentario:
Habrá que aprender a convivir con que somos miles, mucho, pero mucho más que uno.
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